Mindo, un pequeño pueblito perdido en la selva tropical, donde todo es lindo aunque nada espectacular. Invita a quedarse y revivir algunas cosas que nosotros hemos perdido: las mariposas, los pájaros, las flores, la confianza en las personas.
La Casa de Cecilia, hostal donde estuvimos 4 días ( descansando!) a orilla de un río, frondosa vegetación y un inmenso silencio. Por las noches se escucha concierto de ranas.
Cuando oscurece y ya no se ve nada, el perfume y los sonidos te hacen recordar las flores y el río
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